Aliados por la libertad: el tiempo apremia

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· Política | 27 julio 2020
Jorge Arrambide Garza

Muchos encuentran similitud en la fuerza actual de este gobierno con los tiempos en los que el PRI era todopoderoso y tenía bajo su control a los tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Sin embargo, la situación actual es bastante más peligrosa que aquellos años de la segunda mitad del siglo pasado, porque en aquel entonces el partido gobernante tenía sus propios contrapesos.

López se endiosó con el poder al haber arrasado en las elecciones de 2018. Como cuenta con mayoría en la Cámara de Diputados, puede modificar las leyes a su antojo. Además, compra también senadores de partidos de oposición cuando los requiere, como es el caso de Movimiento Ciudadano.

Con este gobierno han empeorado los problemas del país como la impunidad, la corrupción, la economía, la inseguridad, la mala calidad de los servicios de salud y la educación. Todo esto sumado al problema de la pandemia que padecemos, más el despilfarro de ingentes recursos en elefantes blancos como el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, que acabarán en un montón de fierros tirados en un par de años.

Además, a pesar de reconocer que México es un país sin estado de derecho, Estados Unidos y Canadá ratificaron el T-Mec porque no tienen otra alternativa, ya que buena parte de sus cadenas productivas dependen de los bienes y servicios que les exportamos. Sin embargo, no tenemos duda alguna de que muy pronto tratarán de sustituirlos por bienes nacionales o de otras regiones del mundo más formales, lo que acentuará nuestra crisis económica.

El Presidente ya probó las mieles del poder absoluto y ahora su objetivo es conservarlo en forma permanente “hasta que el cuerpo aguante”, sin importarle el alto costo para los mexicanos de tener un gobierno que profundiza los problemas en lugar de solucionarlos.

Por todo esto es indispensable recuperar la división de poderes en el 2021. Sin ello, no tendremos 2022, 2023, y mucho menos 2024, año en que habrá que relevar a Morena de la presidencia de la República.

Afortunadamente existen importantes contrapesos que pueden descarrilar los perversos planes de los políticos de Morena, siendo uno de los más importantes la cruda realidad, que es implacable y que está representada por las fuertes crisis sanitaria, económica, social y de seguridad que se agravan conforme pasan los días.

Aparte de esto, han surgido nuevos movimientos sociales, y otros se han fortalecido en la búsqueda del rescate del Congreso federal. Esto probablemente llevaría al presidente a un colapso mental al verse acotado en su desmedida ambición.

Dichos contrapesos, aliados por la libertad, son los diversos medios de comunicación, valientes articulistas, ciudadanos destacados como los que firmaron la publicación “Contra la deriva autoritaria”, algunos gobernadores de la oposición, partidos políticos como el PAN, MC, PRI y lo que queda del PRD, organismos empresariales como la Coparmex, Canacintra, Concanaco, el Consejo Nacional Agropecuario, el Banco de México y la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Además de ellos, que no son pocos, existen cerca de 50 organismos de la sociedad civil que luchan en el mismo sentido. Ejemplos notorios son “Frenaaa”, del que admiramos su fuerza aunque no coincidimos totalmente con su estrategia, “Recuperemos México” que es un muy completo programa de “estrategia de tierra” para promover el voto por la oposición, “Futuro 21”, “Despierta Jalisco”, “Chalecos MX”, “Todos con MX”, “Civilitas”, “MX Despierta”, “El poder somos todos”, y “Votaxfuturomx”, por mencionar algunos.

La gran tarea será formar un tipo de alianza por la libertad y la democracia, que una los esfuerzos de todos los contrapesos y logre la sinergia necesaria para alcanzar el objetivo común que tienen todos ellos. Posiblemente se requiere que un organismo como Coparmex nacional elabore un documento básico de los objetivos y las estrategias de esta alianza para que todos tengan el camino claro y actúen coordinada y contundentemente.

Tenemos que adoptar un sentido de urgencia y convencer a la gente de luchar por conservar el país libre y democrático, y no permitir que nos impongan un sistema socialista tipo Venezuela donde lo que impera son la tiranía, la pobreza y el hambre.

Los padres con sus hijos, los empresarios con sus trabajadores, los sindicatos con sus miembros, los medios informativos con sus audiencias, y los organismos de la sociedad civil con sus agremiados deben abocarse a esta urgente tarea.

Además, todos debemos preguntarnos cómo pudiéramos sumarnos en lo individual y en qué medida podemos contribuir aportando ideas, tiempo y recursos para salvar a la patria de la grave amenaza que representa el rumbo por donde pretende llevarnos la 4T.

No hay tiempo que perder, hay que actuar ahora mismo.

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