Algunos causan felicidad a donde vayan, y otros cuando se vayan” – Oscar Wilde
Un ingenioso político sonorense decía que “la política a los hombres inteligentes los apendeja, y a los pendejos los enloquece”, y actualmente hay abundante evidencia al respecto.
Ahora los mexicanos sorprendidos de tanta barbaridad no saben cómo reaccionar viendo que la nación se encamina al colapso y posiblemente también a un grave estallido social, y lo peor es que el gobierno federal sigue su perversa marcha a gran velocidad y sin obstáculo alguno.
Analizando la historia de nuestro querido y esforzado país vemos que hay al menos tres grandes problemas en la raíz de nuestras desventuras. Exceso de soberbia en los gobernantes, falta de contrapesos efectivos que los pongan en orden, y el particularismo, que como individuos nos hace ver de la banqueta hacia adentro de nuestra casa y no de esta hacia afuera.
Es soberbia y no otra cosa lo que explica los muchos desatinos del Gobierno Federal: desconocer reiteradamente la realidad, el “otrodatismo”, suponer que todo cambió cuando mucho sigue igual o peor, atreverse a afirmar públicamente que seremos modelo a copiar para otros países en el manejo de la crisis sanitaria por el Covid-19 y, lo peor, el diario empeño por destruir la nación en su supuesta lucha contra los demonios que imagina.
El no darse cuenta de que la sobrevivencia de muchas empresas y empleos está en manos únicamente del gobierno federal porque tiene la capacidad de endeudarse para aplicar suficientes recursos a un programa contracíclico como lo hizo el presidente Franklin D. Roosevelt en su tiempo, o es torpeza, o perversidad, o las dos cosas.
En cuanto a los contrapesos, siempre se ha sabido que entre ellos, “las cámaras empresariales deben ser contrapesos a los excesos de poder del gobierno”, ya que cuando la cancha es pareja el empresario no necesita ayuda alguna para ser exitoso.
Desafortunadamente estos contrapesos se han debilitado en los últimos tiempos y han resultado totalmente nulos sus esfuerzos por hacer que prevalezca la cordura y la ecuanimidad en el Gobierno Federal.
Sin embargo, la presente crisis política, sanitaria, económica y social los puede vigorizar, y además el país cuenta con valientes e importantes políticos, organismos, y medios de comunicación que siguen luchando por mantener nuestro valioso régimen de libertades y a los que hay que apoyar con toda energía.
No hay que olvidar tampoco el rol que la ciudadanía consciente y organizada puede jugar. Hasta ahora ese rol ha sido escaso, pero las crisis producen despertares.
Por cierto, los dos más importantes contrapesos para contener los excesos del gobierno federal son la cruda realidad y el Ejército Mexicano. Afortunadamente estamos convencidos de que nuestro glorioso Ejército permanece leal al pueblo de México y que valientemente resiste la tentación de dejarse corromper a través de las obras públicas que le ha encomendado perversamente la 4T.
Y con respecto al “particularismo”, si analizamos la historia mexicana nos encontramos que necesitamos “crear nación” y promover mucho el ejercicio ciudadano, el patriotismo y la solidaridad, cuestión que puede darse pronto al llegar a una situación verdaderamente “intolerable”.
El Armagedón, cuyo significado bíblico, que tanto mencionan, es “la lucha entre las fuerzas del bien y la justicia, y las del mal, puede estar a la vuelta de la esquina, y debemos prepararnos para ella.
Aunque no lo deseamos, vemos con toda objetividad que el sexenio 2018-2024 ya se perdió, que el jefe del Ejecutivo y su gabinete no tienen remedio, y que mientras más dure esta pesadilla mayor será el sacrificio, el costo y el dolor de los mexicanos. Ya ni pedir rectificación es suficiente porque muchos males irremediables ya están hechos.
De lo anterior queda claro que el objetivo de corto plazo de los mexicanos se debe centrar en dos palabras: “contención y relevo”. Contener a como dé lugar nuevas medidas que nos hundan más, como son las reformas legales y constitucionales que pudieran restringir las garantías individuales, y la toma del INE, el paso final hacia la dictadura. Y el relevo cuanto antes mejor. Indispensable resulta el recuperar la División de Poderes en las elecciones del próximo año.
Quisiera equivocarme, pero estamos a punto de perder la Patria, nuestro patrimonio y la libertad, así que despertemos y actuemos con estrategia, valentía, contundencia y sentido de urgencia.