Qué gran nación tenemos y cuán indomable espíritu el de sus ciudadanos, porque a pesar del alto nivel de sufrimiento y agravio que históricamente han padecido, dadas sus grandes virtudes de solidaridad y resiliencia, han evitado que nuestra querida Patria se rompa a pedazos.
Según la organización mundial WJP Rule of Law Index 2020 que midió recientemente el desempeño de 128 países, México se encuentra en “Desempeño General” en el lugar 104, y en cuanto a “justicia, corrupción y seguridad” en la posición 121, situándose así en el “sótano del mundo” junto a Venezuela, Camboya, Afganistán y El Congo.
Además, en los últimos 20 años hemos tenido un mediocre crecimiento de solo el 2% anual, alto nivel de desempleo, pobreza, desigualdad y pésimos servicios públicos, además de una gran caída en el poder adquisitivo del salario.
Hoy aparte de luchar con la misteriosa y brutal pandemia que padecemos, 10 millones más de desempleados en el sector informal y 1.5 millones en el formal han venido a elevar los niveles de pobreza a un grado verdaderamente desesperante: pero la noble población mexicana sigue luchando solidariamente tratando de sobrevivir. Es la misma sociedad que ha resistido toda clase de cataclismos tanto naturales como políticos y económicos.
Para acabarla de amolar, la 4T, que a pesar del gran bono democrático que logró en el 2018 viene ahora a empeorar la situación en lugar de mejorarla, con graves problemas psicológicos de quien manda, sumisión total de sus colaboradores y un espíritu de venganza sin medida, nos hacen pensar que muy probablemente esta situación acabe pronto y desafortunadamente en forma trágica.
A la actual administración federal se le olvida un viejo dicho de la política que dice que “los carniceros de hoy serán las reses de mañana” por lo que muy probablemente muchos de ellos mismos, familiares y colaboradores terminarán en la cárcel, desterrados del país, o simplemente regresarán al agujero de donde salieron.
La gran preocupación del momento en la mayoría de la población es cuáles serán las consecuencias del gobierno de López y cuándo terminará, porque sin duda ya no tiene remedio alguno y está resultando el más corrupto y destructivo en la historia de México.
Ese mismo poder destructivo de la 4T los está alcanzando a ellos mismos y la cruda realidad hará que más pronto que tarde termine esta pesadilla que estamos sufriendo, aunque su costo será catastrófico.
México es más grande que sus problemas y tiene un alto grado de “resiliencia”, por lo que acabará soportando la tormenta hasta que pase, para luego seguir luchando por alcanzar niveles de desarrollo más prósperos e igualitarios, pero para esto deberá evitar a toda costa regresar al sistema político caduco y viciado de siempre.
Tenemos que seguir trabajando fuerte y con gran fe en el porvenir, cada quién en su trinchera, siendo muy solidarios con nuestros semejantes, apoyando a los aliados y contrapesos que luchan contra los excesos del gobierno federal para mantener vigente nuestra libertad y democracia, y esperando el pronto relevo de López y Morena.
Pero sin duda el mayor reto será aprender de la histórica lección que estamos viviendo y la sociedad entera tendrá que comprender que sin la participación de todos no será posible construir una mejor nación. Buenos ejemplos a seguir son Canadá y los países escandinavos, primeros lugares en la medición arriba mencionada.
Hoy más que nunca se requiere que “las élites” como las definía José Ortega y Gasset, filósofo y ensayista español, quienes no son los más ricos sino los más educados y preparados, y con ello los más afortunados, “se pongan las pilas” y paguen “la hipoteca social” que tienen con el pueblo mexicano, y colectiva y organizadamente apoyen el diseño y la estrategia de un nuevo orden político, económico y social que promueva el bienestar general.
Si dejamos, como de costumbre, que el gobierno y “los poderes fácticos” se sigan enriqueciendo a costa de los mexicanos, no tendremos remedio y el alto riesgo de que pronto no haya justicia ni equidad, es que este escenario desemboque en una lucha armada.
Debemos dejar de lado de inmediato el particularismo y el desinterés por la política y convertirnos en verdaderos agentes de cambio y eficaces contrapesos exigiendo resultados al gobierno, y un mejor interés por el bienestar social a los empresarios.
Y de importancia total es que en las elecciones federales del 2021 tengamos todos muy presente lo que mencionó recientemente el admirado Catón: “un voto por Morena, es un voto contra México”
Así que: buena suerte, México.