Guerra Santa: rescatemos a México

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· Política | 22 junio 2020
Por Equipo Editorial

Si el gobernante se impone por sus cualidades y mantiene el orden en armonía con las buenas costumbres, el pueblo sentirá vergüenza de actuar mal y avanzará por el camino de la virtud”. Confucio

No hay día en que el presidente López no acuse a alguna persona o institución de ejecutar un complot en su contra, o de culpar a terceros de los graves problemas de México (que él mismo ha provocado). Ha llegado al extremo de señalar a entidades del extranjero, como lo hizo acusando a la empresa española Iberdrola y al diario El País, de financiar una campaña en su contra por el tema de la generación de electricidad con fuentes renovables.

Esto de culpar y pelearse con todos dentro y fuera de México, nos recuerda el cuento de aquel que iba en el Periférico de la CDMX en contra del tráfico, y escucha por la radio un aviso en el que se advierte a los conductores que hay un auto que viene de frente, y dicho conductor dice para sí mismo “No es uno solo, son un chin…”.

Ya hemos comentado que el gobierno encabezado por López es un caso perdido y que lo que tenemos que hacer urgentemente como sociedad es rescatar a la brevedad posible a nuestro país de esta terrible pesadilla que estamos viviendo.

Ya ni hablar mal de este Gobierno es conveniente porque lo que desea López es monopolizar la conversación y que lo mantengamos vigente en los medios de comunicación. Muchos colegas nos preguntan cómo es posible que diga tanta barbaridad y actúe de manera tan irracional, y la única razón que encontramos es que él no le habla a la población en general sino solo a su audiencia.

Vemos que la sociedad en su conjunto tiene como tarea inmediata 5 prioridades. La primera es “la contención” de nuevas barbaridades con las que amenaza a diario el Gobierno federal; la segunda es “la recuperación del país”, salvando en lo posible la mayor cantidad de empresas y empleos y dotando de recursos económicos indispensables a las familias que se han quedado sin sustento alguno debido a la crisis sanitaria y económica que vivimos.

La tercera prioridad es recuperar “la división de poderes en el 2021”, que vendrá a ser la “madre de todas las batallas” y que es indispensable si queremos salvar a la nación del caos y la incertidumbre. Aquí la unión de ciudadanos e instituciones que privilegien la libertad y la democracia será vital con una bien diseñada y fuerte estrategia de “aire y tierra” para lograrlo.

La cuarta prioridad es decirle “adiós a Morena y los lopistas en el 2024”, o a la brevedad posible, para darnos la oportunidad de diseñar y construir un nuevo país más justo, seguro, próspero e igualitario que vendría a representar nuestra quinta y más importante prioridad en el mediano y largo plazo. Porque si después de que pase la pesadilla de este Gobierno y de pagar los enormes costos de la destrucción que trae consigo regresamos al sistema político de siempre, de falta de estado de derecho (impunidad y corrupción) e inseguridad, México no tiene viabilidad alguna.

A esta generación nos tocó esta ingente y urgente responsabilidad y ni modo: a entrarle con todo, no hay de otra, y a aportar el tiempo, esfuerzo, organización, recursos y sacrificios necesarios.

Se dice que el pueblo tiene el gobierno que se merece y es muy cierto, y también existe controversia al respecto de si la culpa de los malos gobiernos es el resultado de una sociedad irresponsable y omisa. Pero la realidad es que la sociedad es un reflejo de sus líderes: por ello hay que escogerlos con mucho cuidado, para lograr una buena gobernanza.

Así que a declararle una “Guerra Santa” a López y sus aliados, y a rescatar a como dé lugar la división de poderes en el 2021, porque será la última oportunidad que tenga nuestro querido y sufrido país de volver a ser viable.

El proceso para las elecciones del 6 de junio de 2021 empieza en octubre próximo, las precampañas para diputados federales arrancan en marzo del próximo año, y las campañas 30 días después.

Les compartimos dos temas que consideramos de interés. Uno es el “Decálogo de un Buen Candidato” para un puesto de elección popular, aunque se puede aplicar a todo funcionario público.

El otro es un estudio que hizo el maestro peruano Octavio Mavila Medina, quien investigó en el mundo entero qué países eran los más prósperos y avanzados, encontrando que no eran sus recursos naturales, posición geográfica, clima, idioma o religión los causantes de tal éxito sino la actitud o los hábitos de la gente, y con esa información diseñó su famoso “Decálogo del Desarrollo”.

Mejor gobierno y mejores ciudadanos es lo que requiere el país para salir adelante. No hay tiempo que perder, así que ánimo raza y “a Dios rogando y con el mazo dando”.

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