Kakistocracia: gobierno de ineptos

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· Política | 14 julio 2020
Por Equipo Editorial

Autócrata: Persona que ejerce por sí sola la autoridad suprema en un Estado. Se daba especialmente este título al Emperador de Rusia.

De López se han dicho muchas cosas: que es un priista disfrazado, un comunista anclado en los años 70, un populista y un aspirante a dictador.

Pero cuando leímos Surviving Autocracy, de la periodista estadounidense Masha Gessen, comprendimos exactamente a qué clase política pertenece nuestro Presidente: a la clase de los autócratas, quienes desean concentrar el mayor poder posible en su persona.

Y si bien es un documentado repaso de la presidencia de Donald Trump hasta marzo de este año, es increíble el paralelismo de acciones y palabras de López con las del líder del otrora país más poderoso del mundo.

La autora inicia su texto describiendo a un presidente de los EEUU que desestimó el Covid-19 como una gripe menor y un engaño, pero que además predijo que milagrosamente se desvanecería.

Salvo por lo del engaño, las otras “predicciones” también las escuchamos de López y de su desacreditado vocero en la pandemia, Hugo López-Gatell.

Gessen afirma que Estados Unidos desperdició tiempo: los hospitales no estaban preparados para enfrentar al coronavirus, tampoco tenían equipo, y la información había sido conservada en secreto por la Casa Blanca.

¿Pruebas? No estaban disponibles… y se hacía tarde para prevenir los contagios y las muertes. Simplemente, no había un plan de mitigación.

Vaya, con su dramático estilo, Trump calificó al Covid-19 como un “virus extranjero”, con lo que desató una ola de expresiones racistas, algunas bastante violentas, en contra de los estadounidenses de origen asiático.

¿A poco este relato no parece una copia al carbón de lo ocurrido en México? Aunque aquí las expresiones discriminatorias fueron en contra de los “ricos”, que importaron el virus al viajar fuera del país.

“Sobreviviendo a la Autocracia” es de lectura indispensable. Reseña cómo Adolfo Hitler inició en 1933 las restricciones a la prensa (las críticas a los medios son una constante en los autócratas) y le dio más poder a la policía.

Y cómo Vladimir Putin creó también un estado de excepción en 1999 y 2002 después de eventos catastróficos, para cancelar elecciones y abolir la estructura electoral en Rusia, otro síntoma característico de los autócratas.

Aquí, el robo de combustibles primero, y la pandemia después, entre otros, han sido estados de excepción que le han dado al Gobierno federal la excusa para adquirir pipas e insumos médicos sin licitación pública y sin explicar la aplicación de los recursos.

De hecho, la autora señala a la transparencia como la gran ausente en las autocracias: los autócratas hablan de combatir la corrupción, pero sistemáticamente ocultan información… y mienten sin recato.

Gessen describe, con precisión, los abusos de poder de Trump, a quien señala como el primer candidato en Estados Unidos que no hizo campaña para la presidencia, sino para dirigir una autocracia… y ganó.

Señala el desdén del presidente gringo por la excelencia y exhibe a su gobierno como una “kakistocracia”, que según los griegos antiguos es aquella formada por los más ineptos, más incompetentes, los menos calificados y más cínicos.

En el libro se cuentan los conflictos de interés, como el de su hija Ivanka Trump o el de su esposo Jared Kushner, ambos catapultando descaradamente y a la vista de todos sus negocios desde la Casa Blanca.

En una democracia, la audiencia principal de un político son sus votantes, los habitantes de un distrito, estado o país en donde residan.

En la autocracia estadounidense, hoy una gran mayoría de ciudadanos republicanos actúan para el presidente, y son su audiencia principal.

Y Trump, como López, distribuye poder movilizando a esos votantes.

¿Destrucción de instituciones? Otro común denominador de los autócratas. Lo ha hecho Trump y lo está haciendo López aquí: CRE, Conapred, CNDH…y mucho cuidado con el INE: sería la cereza al pastel de la autocracia mexicana.

Este tipo de gobiernos son incompatibles con la prensa libre, precisamente porque no soportan la crítica y menos la exigencia de rendición de cuentas.

No seguimos: lea por favor cuando pueda esta obra imprescindible de Masha Gessen.

Lo único que nos resta decirle es que los gestos grandilocuentes de Trump, su gobierno tuitero y sus desvergonzadas mentiras, tienen en nuestro presidente López a un gran imitador.

¿Acaso nos quedaremos callados? Escríbanos, queremos saber qué piensa.

 

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