La verdad os hará libres

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· Política | 30 julio 2020
Por Equipo Editorial

Qué mal está Nuevo León, y eso que es supuestamente de los estados más avanzados de México. Ya tiene 20 años en caída libre a consecuencia de gobiernos estatales ineficientes y de una ausencia total de liderazgo en el sector privado.

Es verdaderamente desesperante observar cómo en ese tiempo las cámaras empresariales que, viviendo en su zona de confort, han enmudecido ante los tremendos problemas que enfrentan día con día la comunidad y los trabajadores de las empresas que representan, debido a los pésimos servicios públicos en la entidad, la fuerte contaminación ambiental, el caos urbano y la inseguridad, entre otros males.

Planes y programas privados y públicos van y vienen. Se anuncian a diario, pero los resultados son nulos. La problemática aumenta con el tiempo, y como muchos dicen, si algo puede definir a la presente administración estatal en una sola palabra es: parálisis.

Vamos a los hechos. Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, a veces son muy ilustrativas: la realidad es que en la administración de Sócrates Rizzo se construyó un Metro subterráneo en menos de dos años (aun sin ingeniería porque la que existía era para un Metro elevado) con un costo total de 290 millones de dólares, inferior a su presupuesto original de 320 millones. Hoy la línea 3 lleva más de 7 años y dos administraciones y no se ve para cuándo la terminen.

¿Será porque el gobernador Rizzo dejó en manos de los expertos este proyecto, les abasteció puntualmente de los recursos necesarios, nunca pidió un solo peso, y tampoco recomendó contratista alguno?

Y ni hablar del mayor problema que agobia a la metrópoli regiomontana, que es el transporte urbano. Es caro, lento, inseguro e incómodo. Solo la pérdida de tiempo, medida en horas-hombre, representa para los usuarios un costo de 12 mil millones de pesos anuales y sigue empeorando.

Vaya, ni siquiera los empresarios tienen solidaridad gremial, pues ahora resulta que el Parque Fundidora es un ente corrupto como cualquier otro de la administración pública estatal. Esto es lo que dicen algunos legisladores y otros pseudolíderes sociales que se sueltan despotricando contra todo el mundo sin tener base sólida alguna, solo para tener reflectores.

Si alguna dependencia pudiera ser referente de eficacia y honestidad en el Gobierno de Nuevo León es precisamente el Parque Fundidora, donde Artemio Garza, su presidente, y Fernando Villarreal Palomo, su director, son personas de gran prestigio en la comunidad.

Por ello resulta desesperante ver que, ante los ataques que injustamente reciben por haber pedido apoyo económico al Gobierno del Estado dada la pérdida del 70% de sus ingresos en el presente año, (como le ha sucedido a la mayoría de las empresas del país por la recesión económica), ningún organismo empresarial salga en su defensa.

Si toda dependencia es corrupta, pues entonces no existe la corrupción porque es simplemente la normalidad vigente. Nada más alejado de la verdad porque hay muchos funcionarios y empleados públicos honestos y eficientes que luchan a brazo partido diariamente contra la corriente imperante.

Con la actual administración, el Parque Fundidora precisamente por su buen manejo logró ser superavitario en los años 2018 y 2019, antes de enfrentar las consecuencias de la crisis que hoy a todos afecta.

¿Habrán preguntado los que acusan, siquiera, a la Auditoría Superior del Estado cómo se administran los recursos del Parque?, o ¿en su afán protagónico de salir en los medios de difusión sin tener nada bueno que anunciar, les importa un bledo el prestigio que intentan destruir de quienes acusan? “Tú calumnia, que algo queda”, dice el refrán.

Hay que acabar con el particularismo donde solo nos importa lo que suceda de la banqueta de nuestras casas hacia su interior e intervenir contundentemente en los temas que afectan a la sociedad como es el caso de encontrar la verdad en el manejo de las cosas públicas.

De lo contrario, estaremos como el cuento aquel de la granja de cerdos, donde el carnicero iba por uno diario para sacrificarlo y los demás en lugar de protestar decían: “qué bueno que a mí no me tocó”. Y sí, hoy no te tocó, pero mañana te tocará.

“El que calla otorga”, dicen, y por ello hay que reconocer los buenos hábitos y combatir los malos manejos de los funcionarios públicos. No pueden pagar justos por pecadores, porque así ningún ciudadano ejemplar y con deseos de colaboración aceptará un puesto público por temor a ser denigrado, y entonces sí, “dejaremos la iglesia en manos de Lutero”.

Al pan, pan y al vino, vino. A defender con fuerza y entereza los pocos bastiones eficaces que tenemos. Si no practicamos el liderazgo en lo corto y lo sencillo, menos encontraremos la fortaleza necesaria para defender a la Patria ante los excesos de poder de la 4T, que es hoy nuestra mayor amenaza.

Para nada deseamos que resulte hoy pertinente la famosa frase de Alejandro Martí el 22 de agosto de 2008 en la Cumbre de Seguridad en Palacio Nacional: “Si no pueden…”.

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