Vaya lío en que está metido el güero Trump rumbo a su cada vez más lejana posibilidad de reelegirse el próximo noviembre dada la crisis sanitaria que enfrenta su poderoso país, pues con los 2.1 millones de desocupados que se sumaron la semana pasada por el freno a la actividad económica, estos alcanzan 40 millones.
El pueblo estadounidense culpa a su presidente de no haber manejado adecuadamente la pandemia sobre todo porque empezó tarde con las medidas de contención, lo que hasta el momento le cuesta una desventaja de 22 puntos frente al señor Biden que, sin moverse y calladito, ha comprendido que “cuando tu contrincante está cometiendo errores, ni lo distraigas”.
A este fuerte problema de la pandemia se le suma ahora el cruel y lamentable asesinato del afroamericano George Floyd al ser arrestado por un policía de Minneapolis, Minnesota al investigar el pago con un supuesto billete falso de 20 dólares, lo que ha enardecido a un buen número de ciudadanos americanos.
Y para acabarla de amolar, aparte de lidiar con sus propias crisis, Trump tendrá que enfrentar también la mexicana, ya que para su infortunio le tocó de vecino uno de los peores gobernantes de la historia, que sin tocarse para nada el corazón está provocando con su famoso “anillito” una severa crisis humanitaria en México.
Así que Mr. Trump, “agárrese que va a andar el mueble”, porque es muy probable que varios millones de mexicanos a fin de año o entrando el próximo tratarán de cruzar la frontera en busca del sustento que no encuentran en su patria.
A nivel mundial los países posiblemente destinen cerca de 10 trillones de dólares para tratar de salvar sus economías. Solo en los Estados Unidos ya han presupuestado dos, mientras aquí en México no han desembolsado con ese fin ni un solo centavo. Y cuando llega ayuda del extranjero enloquecen por “los moditos”, y ahora quieren levantar al pueblo en contra de los gobiernos estatales que osen endeudarse para atender la severa crisis que padecemos.
Pero aparte de ello, ¿quién en su sano juicio querrá arriesgar sus recursos en un país donde su presidente es un destructor de inversiones y odia con todo su ser a la libre empresa? Como botón de muestra, están las absurdas cancelaciones del aeropuerto de Texcoco, la cervecera de Mexicali, y los proyectos ya construidos de energías renovables.
¿En serio firmarán el tan necesario T-MEC ahora en julio Canadá y Estados Unidos con un país desunido, donde no se respeta el estado de derecho, no se combate al crimen organizado, donde mueren asesinadas 100 personas diarias, sin respeto al medio ambiente, y con claras tendencias totalitarias?
Es cierto que antes de López no íbamos del todo bien y que teníamos mucho por mejorar, especialmente el acabar con monopolios y oligopolios que provocan la concentración de la riqueza y la desigualdad, pero lo que menos nos esperábamos es que el gobierno actual en lugar de tratar de resolver los problemas viniera a empeorarlos.
Ya nos cansamos de documentar los errores de la 4T y su cauda de destrucción, y rogamos porque pronto termine esta terrible pesadilla y tengamos de nuevo la oportunidad de diseñar y construir un mejor país.
Sin duda buenos ejemplos de naciones prósperas e igualitarias lo son Canadá y los países escandinavos donde existe libertad, democracia, prosperidad, estado de derecho, seguridad, buenos servicios públicos especialmente en educación, salud y transporte público, pero sobre todo en donde sus habitantes tienen un gran sentido de unidad, patriotismo y solidaridad.
Por el contrario, los malos ejemplos como todos lo sabemos son las dictaduras de Cuba y Venezuela que tanto admiran los renegados de la 4T, donde no existe libertad ni democracia, y en cambio cunde la pobreza, el hambre y la falta de servicios públicos de calidad. Por ejemplo, en la actualidad las mujeres en Venezuela tienen que dar a luz en la calle por falta de servicios hospitalarios.
Es altamente probable que los Estados Unidos prefieran tener de vecino sureño con 3 mil kilómetros de permeable frontera, a un país tipo Canadá que a otro como Venezuela.
Así que manos a la obra, a decirle adiós a Morena y la 4T a la brevedad posible y a construir nación, un México libre, unido, democrático, próspero, justo, en paz e igualitario. Contamos con los recursos necesarios para ello. Solo nos falta unidad, visión y mucha voluntad.
Y volviendo a la elección de noviembre próximo, a lo mejor nos sale Mr. Trump con una jugada maestra ahora que pronto lo visite López en Washington D.C. y sea pedirle que le lleve unas estampitas mágicas y milagrosas que hagan posible su ansiada reelección.